Desilusiorama

DESI

«Adrián Di Manzo muestra en Desilusiorama, su más reciente colección de relatos, una destreza que se halla ausente en las restantes acciones de su vida.

Mediante una prosa despojada de pomposidades y evitando el trillado camino del refutador de leyendas, que opta casi siempre por demostrar la irrealidad de mitos, idealismos y enamoramientos, nos provee de una visión alternativa de lo que cada uno oculta. La profusión de detalles con la que nos obsequia nos convence no sólo de su existencia, sino de que su versión de los hechos es la única posible, a la vez que empezamos a sospechar que, en ocasiones, la piadosa nada es preferible a la tan venerada verdad.

Desilusiorama tampoco renuncia a ser, al menos en parte, un reflejo de la época y el lugar en el que fue escrito; desiste, sí, del grito del panfleto ideológico y del exceso de corrección política.

Si, contra toda advertencia, usted decide finalmente aventurarse a través de estas páginas, debe observar un último cuidado hacia esta literatura que, según su propio autor, tiene “la profundidad de un charco”. En toda la obra, y al modo de los mejores ilusionistas, se nos distrae constantemente hacia la hondura escasa de sus temas, obstaculizando percibir un peligro más complejo, que sin embargo permanece todo el tiempo a la vista: si el agua que lo forma es suficientemente turbia, nadie sabe realmente que tan profundo es un charco.»

Javier Marra

 

Desilusiorama
2019
Cuentos
182 páginas
Poco Profundo

Todo termina con un silencio

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“La imprenta ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios”, nos dijo una tarde Jorge Luis mientras salaba el café con leche, víctima una vez más del espíritu bromista del pícaro de Bioy, que nunca se cansaba de cambiarle el sobre de azúcar por el de sal. Aquellas palabras, dichas en un susurro que no disimulaba el tono de sentencia, cobran ahora sentido ante la publicación de este libro que muestra la Buenos Aires menos conocida, la de los parques de diversiones que aparecen de la nada, las academias que enseñan a ser malvado y los profesionales del rin-raje; una ciudad de hombres invisibles, de exitosos con mala suerte y dioses del amor poco aplicados. Algún desprevenido imaginará una mitología de barrio, un abanico de misterios ocultos a la vuelta de la esquina, un conjunto de historias que convierten a Porteñolandia en un universo único. Nada más equivocado. Esto es solo una parva de cuentos donde el trazo grueso se confunde con la simpleza; relatos de dudosa valía amontonados en un libro que comienza con humor y, con el correr de las páginas, se va poniendo serio, tan serio como el rostro de Jorge Luis después de probar el primer sorbo del café con leche bien salado.

Amílcar Verbal, historiador porteño y contratapólogo.

 

Todo termina con un silencio
2017
Cuentos
110 páginas
Poco Profundo
Ilustrado por Laura Aluán Canselo

El viento que ya no está

viento«Para remontar un barrilete se necesitan tres cosas: el barrilete (obvio), un hilo largo que llegue hasta el cielo y, sobre todo, viento. Sofi tenía el barrilete (uno mitad naranja, mitad amarillo, con flecos rojos y una cola de trapo de muchos colores), un montón de hilo enrollado con mucho cuidado para que no se le hiciera una galleta (así le decía su papá al hilo cuando estaba todo enredado) y muchas ganas de remontar el barrilete (un montón de ganas más grande que el montón de hilo enrollado).

El problema era que faltaba el viento. Y llevaba tanto tiempo faltando que Sofi ya ni se acordaba cuánto hacía que no soplaba.»

¿Qué le habrá pasado al viento?

La respuesta se encuentra en este pequeño y adorable relato, ilustrado por el bello arte de Laura Aluan Canselo.

 

El viento que ya no está
2016
32 páginas
Ediber